Originarias de Japón y China, estas pequeñas aves de actitud
migradora
en nuestra península, son una de las especies cinegéticas
cazables en la media veda más
interesantes para los cazadores de nuestro país.
Como viene sucediendo con casi todas las aves migradoras de
carácter
cinegético de nuestra península, sus poblaciones están
descendiendo de un modo
alarmante, suscitando el debate de sí deben ser cazadas o no
en los foros de caza.
El descenso poblacional del que antes hablábamos esta
provocando un
cambio en la conducta de estas pequeñas aves, que tienden a
agruparse en determinadas
zonas en un alto índice de densidad, y desapareciendo de
zonas tradicionalmente
codorniceras.
Dentro de las diversas especies de codorniz pertenecientes
al grupo de las
gallináceas que conocemos, las mas comúnmente criadas en
cautividad son las especies:
Coturnix coturnix coturnix y la Coturnix coturnix
japónica. Esta ultima especie fue la
que primeramente se domesticó en Japón y que fue introducida
mas tarde en Estados
Unidos y Europa.
Las codornices domesticas y las salvajes son fácilmente
diferenciables
tanto por su conformación, como por los detalles de
coloración del plumaje así como
por el canto del macho.
Como anteriormente hemos mencionado, pertenecen al grupo de
las
gallináceas, dentro del genero Coturnix formando junto a
otros géneros las codornices
del antiguo mundo.
Son aves de pequeño tamaño, altamente precoces alcanzan la
madurez
sexual en un breve periodo de tiempo que suele oscilar entre
35-42 días para los
machos, y las hembras comienzan su postura alrededor de los
40 días.
El periodo de incubación está entorno a los dieciséis días,
naciendo los
pollos de codorniz con un peso aproximado de unos 10 gramos , nacidos de un
huevo de
forma ovoide de unos tres centímetros de longitud por dos y
medio de anchura, con un
peso cercano a diez gramos.
A las ocho semanas de su nacimiento, las hembras tienen un
peso de
unos ciento cincuenta gramos y ciento veinte para los
machos, con un consumo medio
de unos quinientos gramos de pienso por animal. Una vez
alcanzado este peso los
animales están dispuestos para su sacrificio y posterior
comercialización.
CONDICIONES AMBIENTALES PARA LA CODORNIZ
Podríamos decir que la codorniz no es muy exigente en cuanto
a
condiciones ambientales se refiere, aunque en su explotación
domestica se obtienen
mejores resultados en zonas cuyo clima esta enmarcado entre
los dieciocho y los treinta
grados centígrados con ambiente seco.
Son muy sensibles a las temperaturas frías, por lo que no se
recomienda
su explotación en zonas con temperaturas bajas,
especialmente en las noches.
Las jaulas deberán estar en sitios abrigados y sin
corrientes de aire; la
mejor ubicación es un lugar fresco pero con suficiente
iluminación. En la medida de lo
posible es conveniente que les dé algo de luz por la mañana
temprano.
En climas cálidos se maneja la temperatura con ventiladores
eléctricos,
colocándolos preferentemente en zonas elevadas para evitar
corrientes directas sobre los
animales. El uso de cortinas puede emplearse para proveer un
medio ambiente óptimo.
Todos estos detalles han favorecido la impulsión de la cría
en países
sudamericanos, ya que estos disfrutan de unas condiciones
óptimas tanto de iluminación
como de temperatura para la cría de dichos animales,
disminuyendo el coste de
producción debido al ahorro energético y estructural de sus
instalaciones.
Fuente: Manual codorniz.pdf