ESPECIES MENORES: CODORNICES
Cuidado de las crías
Las codornices nacen después de catorce a diecisiete días de
incubación; a partir de este momento, los cuidados deben ser esmerados para
obtener la mayor supervivencia posible. A los 3 días de nacidas, empiezan a
aparecerles plumas de vuelo, y a las 4 semanas de edad, están completamente
emplumadas.
La etapa más difícil de la producción de codornices es el
manejo y el desarrollo de las crías. Una vez que han salido del huevo
(eclosión), son de movimientos rápidos y de apetito voraz, por esa razón se les
debe de facilitar suficiente agua en bebederos de sifón pequeño y concentrado,
en canoas o platos adaptados a su tamaño. El alimento debe ofrecérseles 12 h
después de haber salido de la nacedora, con el objeto de que consuman todo el
contenido del saco vitelino o área de reservas alimenticias del huevo
(Buxade.1995).
Utilice jaulas con piso cubierto con virutas de madera o,
con piso metálico; este último es más higiénico, ya que las crías no entran en
contacto con sus excretas y presentan menos problemas que en el piso. Por lo
general, las jaulas de piso metálico poseen una bandeja debajo del piso, lo
cual facilita el retiro de las excretas.
6.8.1. Cría en baterías
Las baterías son jaulas metálicas, similares a las de cría
de pollos, salvo que deben modificarse, debido al pequeño tamaño de las
codornices recién nacidas; estas pueden escapar o sentirse impedidas para
caminar sobre el piso de la criadora. Coloque cedazo fino en los lados de la
jaula, así como en el piso. Utilice alambre o cedazo cuadriculado números tres
o cuatro.
La temperatura de la criadora durante los primeros siete
días debe oscilar entre los 35 y 38 ºC; a partir de la cuarta semana en
adelante, ya no necesitan calor, salvo que estén en lugares cuya temperatura
ambiente sea menor que los 20 ºC, en cuyo caso se mantendrán entre los 24 y 26
ºC.
La estructura es de madera y con piso de cedazo metálico. La
bombilla ubicada en la parte superior de la criadora proporciona el calor
necesario para el desarrollo de los polluelos.
Es indispensable que la criadora disponga de alimento y agua
en forma permanente. Coloque sobre los comederos cedazo metálico de una pulgada
por una pulgada cuadrada (2,54 x 2,54 cm); la idea es reducir el desperdicio de
alimento por los polluelos, este cedazo evita que escarben y tiren el
concentrado por todos lados.
El suministro de agua debe ser constante durante la primera
semana. Coloque dentro de los bebederos pequeñas piedrecillas, para evitar que
cuando se metan en él, se puedan ahogar. Como esta etapa es muy delicada, lave
y desinfecte todos los días los bebederos y cámbieles el agua para evitar
problemas digestivos o de contaminación.
En la primera semana se puede estimar que 200 codornices
necesitan 1 m2 de criadora; en la segunda semana, 1,5 m2 de área y 2 m2 para la
tercera semana. A partir de este momento, pasan a las jaulas de reproducción
según sea el caso; en estas se mantiene un macho y dos hembras por
compartimento, y en las de ceba, se acomodan de cuatro a cinco ejemplares por
sección para su engorde.
Las criadoras, en su parte baja, tienen un compartimiento
para recolectar las excretas (codornaza). Recoja los residuos y limpie de
manera periódica esta sección, ya que es una fuente de contaminación además se
liberan fuertes gases como el amoniaco. Las aves expuestas a los gases por
períodos prolongados están en alto riesgo de sufrir problemas respiratorios y
hasta la muerte.
6.8.2. Cría en piso
La cria de codornices en piso no es común, debido a la gran
cantidad de espacio que requiere este sistema; es la opción más barata, pero la
menos deseable para criar codornices. Entre las desventajas, se tienen: el
aumento de peleas; los huevos se ensucian con mayor facilidad; se dificulta
determinar cuáles reproductoras están poniendo y aumenta la incidencia de
enfermedades y parásitos. Aun con un excelente manejo, las reproductoras
criadas en pisos no producen como las mantenidas en jaulas.
Fuente: Rodney Orlando Cordero
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