ACERCA DE LAS CARTILLAS DE CULTIVO
TIPO DE SIEMBRA. Las hortalizas se siembran en forma directa o
indirecta; algunas pueden ser sembradas de las dos formas. En las cartillas de
cultivo se menciona primero la forma de siembra más común en costa central.
– Siembra Directa: se coloca la semilla directamente en el campo
definitivo, por lo que generalmente requiere de una mejor preparación
del terreno. Se utiliza un número mayor de semillas que el número ideal
de plantas por hectárea, para compensar posibles pérdidas por mala
germinación de semillas, problemas sanitarios o manejo inadecuado. La
siembra se realiza con lampa (de mano o larga) o con sembradoras
(manual o tirada por un tractor). Posteriormente se realiza un desahíje o
raleo, eliminando las plantas en exceso y las mal conformadas,
generalmente antes de transcurrido un mes.
– Siembra Indirecta: se coloca la semilla en un ambiente especial
denominado almácigo para luego trasplantar la plántula al campo
definitivo.
– Siembra Mixta: consiste en la siembra directa de un número elevado de
semillas y el trasplante posterior a otro campo de las plántulas
provenientes del desahíje. Este método se practica generalmente en
lechuga, cebolla, betarraga y acelga en costa central. En tomate la
siembra mixta puede ser una forma importante de transmisión de virus.
– Almácigo: ambiente generalmente reducido y con condiciones óptimas de
suelo (mullido y con alto contenido de materia orgánica), sanidad,
disponibilidad de agua y cercanía al campo definitivo. El clima
(temperatura, precipitación y/o insolación extremas) en algunas zonas
puede exigir estructuras especiales de protección. En el almácigo se
siembra una alta cantidad de semilla y las plántulas resultantes deben
recibir un cuidado muy riguroso. La mayoría de los almácigos en el Perú se
realizan a campo abierto (en melgas o surcos); en viveros profesionales y
con recipientes especiales -bandejas por ejemplo- se obtienen plántulas
de mejor calidad. El riego se realiza generalmente por gravedad o por
microaspersión.
– Trasplante : la mayoría de hortalizas están listas para ser trasplantadas
de 1 a 2 meses después de la siembra del almácigo, aunque este período
puede prolongarse algunos meses, como en espárrago o alcachofa. Si se
practican técnicas modernas de almacigado, o se dispone de riego
tecnificado en el campo definitivo, el tiempo al trasplante puede ser
menor. Las plántulas se extraen del campo con cuidado para que las raíces
no se dañen severamente, descartándose toda plántula fuera de tipo o con
problemas sanitarios. Es conveniente hacer una selección de las plántulas
por tamaño y trasplantarlas de esa manera al campo definitivo. El
trasplante debe hacerse en campo húmedo y a los distanciamientos
recomendados; en el Perú se realiza manualmente pero puede ser
mecanizado.
– Resiembra : segunda siembra que puede ser necesaria para subsanar las
fallas de la siembra directa.
– Recalce : consiste en un nuevo trasplante para reemplazar las plántulas
que no «prendieron». Se puede mantener algunas plántulas en el almácigo
con este propósito. Tanto la resiembra como el recalce deben realizarse
tan pronto como sea posible para evitar diferencias excesivas en el
crecimiento de las plantas.
Fuente: Programa de Hortalizas, UNA La Molina, 2000
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