Cultivo de la fresa
Sistema sin suelo en soporte suspendido
En este sistema, la planta se dispone en una bolsa doble colgada del mismo emparrillado del invernadero, como si fuera una alforja, la cual lleva diferentes bolsillos de perlita.
El tamaño del bolsillo, tras varias investigaciones para conocer el tamaño idóneo, es un litro aproximadamente de sustrato. Cada uno de estos bolsillos lleva un pequeño agujero de drenaje, con lo que se controla la cantidad de riego a aportar, logrando que el agua por gravedad pase de una planta a la otra.
El riego se realiza por la parte superior de la bolsa, mediante piquetas de riego, acopladas a goteros autocompensantes, al igual que se hace en otros cultivos sin suelo. Las piquetas no se colocan en todos los bolsillos, sino cada tres plantas, para que el aporte del agua sea uniforme.
La orientación de las se hace de norte a sur, con dos metros de separación de pasillo, para que a las plantas le llegue la mayor cantidad de
luz.
Con este sistema se está teniendo una fresa de calidad excelente, ya que al no estar en contacto con el suelo no existen deformaciones, ni enfermedades.
Otra ventaja de este cultivo en este sistema, es que al estar la planta aireada, apenas se hacen tratamientos fitosanitarios. Este sistema tiene como principal característica el gran número de plantas que podemos colocar por metro cuadrado, y al estar las plantas colgadas, se facilita mucho la recolección.
Cultivo en pirámides
En este caso se emplean tablas de lana de roca, semejantes a las que se utilizan en otros cultivos hortícolas. Las diferentes tablas se colocan en forma horizontal, apoyadas en estructuras metálicas que adoptan forma de pirámide, de ahí su nombre.
En cada pirámide se empezó utilizando tres pisos de tablas de lana de roca, con cinco líneas de tablas, dos a cada lado y una en la cúspide de la pirámide. Se comprobó que la planta le faltaba iluminación, y tenía demasiada humedad, por lo que se ha optado por poner solo dos pisos de tablas, con tres líneas (dos a cada lado y una en la cúspide) e incluso últimamente, se está viendo como se comporta
la planta con un solo piso de tablas de dos líneas, dejando la cúspide sin planta.
Al igual que en el otro sistema, se realiza el riego mediante piquetas de riego con goteros autocompensantes, y se realizan diferentes drenajes en las tablas, al igual que en los cultivos hortícolas.
En este sistema la planta no necesita ningún soporte, por lo que se tienen mayores posibilidades de adaptarlo a diferentes estructuras de invernaderos.
Existe también otra alternativa en este sistema, que consiste en una media pirámide, es decir, las plantas se orientan al sur, en diferentes tipos de escalones, siendo el lado norte totalmente recto, sin plantas.
Cultivo en soportes colgados del emparrillado del invernadero.
Al igual que el anterior sistema utilizando tablas de lana de roca, pero utilizando soportes
metálicos en forma de L, que van colgados del emparrillado del invernadero.
Las tablas de lana de roca se disponen en dos pisos, uno acoplada a la base de esta L, y otro en la parte superior. En este caso un factor importante es la orientación, ya que se debe disponer las diferentes tablas orientadas al sur, ya que de otra forma, se obtendría mucha sombra en los cultivos, por lo que se tendría también muchas enfermedades y menos producción.
Como se observa no existen antecedentes de su siembra en zonas urbanas ni en tubos de PVC,
lo que no quiere decir, que no sea posible su siembra bajo este método. Al mismo tiempo se tiene referencia de que la utilización de abonos orgánicos en la producción de fresa ha tenido buenos resultados, sin embargo, no se reportan rendimientos.
Razón, por la cual se realizó la presente investigación con el objetivo de evaluar el comportamiento del cultivo de fresa en tubos de PVC, abonado con composta de lombriz y harina de pescado.
Fuente: Por:
Sánchez Sánchez Jorge Luis
Universidad Autònoma de Sinaloa; Mazatlán Sinaloa, Diciembre de 2006.
Subdirección del servicio social, zona sur.
jolss58@yahoo.com.mx